Profe. Es tremenda la lección que me dejó al hacernos trabajar y pensar tanto en cálculo allá promediando los ´70 del siglo pasado. Cualquiera que me hubiera conocido diría que continuaría estudiando alguna de las ingenierías o alguna de las ciencias exactas. La verdad no fue simple elegir entre las tres prioridades de mi lista basadas la primera en la que me causaba pasión y placer, la segunda era la que me intrigaba y era la curiosidad que me impulsaba a seguirla y luego la tercera que en mis divagues me permitiría una vida cómoda. Nada de esto sucedió ya que “el efecto Rosenberger”, estaba como un ratoncito esperando manejar la vida futura.
La primera era estudiar Astronomía y Geofísica en la UN La Plata, la segunda Física y/o Ingeniería Nuclear en el Balseiro en BsAs y Bariloche y la última Arquitectura. La primera la descarte ya que sería un científico, la segunda porque sería un científico y/o tecnólogo y la tercera jaaa lo disfrutaría diseñando, construyendo, haciendo real state y por que no una constructora de piezas parte para la construcción. Bien elegí la tercera…., en La Plata.
El primer año lo atravesé apenas estudiando ya que la ENET me había formado bien, segundo ya comence a tener algunas cosas nuevas y luego de tercero me dedique con pasión a disfrutar de los profes y su capacidad de transmitir. Ya en quinto estaba harto de la carrera porque me faltaban desafíos y la facu no me dejaba ser o expresar mi posición sobre la realidad. Entonces la cátedra encabezada por un profe demasiado parecido en su discurso y su acción y a quien ya lo había conocido por sus obras y libros dijo: “ahora harán grupos de a dos, tomarán un solo edificio de la new town para 30000 habitantes que diseñaron y siéntanse libres para expresarse…”. Pumm me pegó duro. Me costó convencer a un compañero pero (apareció el ratoncito pelado… RP) y le dimos duro hasta convertir una placa de departamentos de 100 metros de largo, 30 metros de alto y 10 de profundidad en lo que hoy se conoce como “sustentable” y en esos años era “solar o bioclimático”. Estaba todo calculado, dimensionado y diseñado hasta los últimos detalles tecnológicos y constructivos. Y pummm, el efecto RP. Y mi vida futura comenzó a desviarse de curso hacia la primera y segunda opción. Tuve que matarme para rendir tres finales en una sola semana para no perder una beca del CONICET, previamente trabaje invitado por el profe en un megaproyecto de investigación financiado por Secretaría de Energía de Nación, mis compañeros de trabajo eran arquitectos, fisicos, ingenieros mecánicos, economistas, sociólogos, un antropólogo y todos sean viejos con doctorado y nosotros pibes cursando el sexto año juntos proponíamos los caminos a seguir para el éxito del proyecto y encima me pagaban. Y bueno me mandaron a un primer posgrado a italia, seguí acumulando posgrados y me convertí en un científico del hábitat del CONICET. Viajé, publiqué, enseñé, se me valoró y ya cerquita de que ANSES me invite a retirarme sonrío por el volantazo que me hizo pegar el ratoncito pelado. En memoria tuya espero que la mayoría de los que enseñaste pudieran haber cumplido todos sus sueños más locos. ¿Y arquitectura…, bueno participé en concursos y gané premios por proyectos pero también por investigación, propuse nuevas técnicas de construcción y la sustentabilidad sigue siento mi rumbo? En tu memoria, gracias ENET Nro 1 Unesco y gracias ratoncito pelado.
Profe. Es tremenda la lección que me dejó al hacernos trabajar y pensar tanto en cálculo allá promediando los ´70 del siglo pasado. Cualquiera que me hubiera conocido diría que continuaría estudiando alguna de las ingenierías o alguna de las ciencias exactas. La verdad no fue simple elegir entre las tres prioridades de mi lista basadas la primera en la que me causaba pasión y placer, la segunda era la que me intrigaba y era la curiosidad que me impulsaba a seguirla y luego la tercera que en mis divagues me permitiría una vida cómoda. Nada de esto sucedió ya que “el efecto Rosenberger”, estaba como un ratoncito esperando manejar la vida futura.
La primera era estudiar Astronomía y Geofísica en la UN La Plata, la segunda Física y/o Ingeniería Nuclear en el Balseiro en BsAs y Bariloche y la última Arquitectura. La primera la descarte ya que sería un científico, la segunda porque sería un científico y/o tecnólogo y la tercera jaaa lo disfrutaría diseñando, construyendo, haciendo real state y por que no una constructora de piezas parte para la construcción. Bien elegí la tercera…., en La Plata.
El primer año lo atravesé apenas estudiando ya que la ENET me había formado bien, segundo ya comence a tener algunas cosas nuevas y luego de tercero me dedique con pasión a disfrutar de los profes y su capacidad de transmitir. Ya en quinto estaba harto de la carrera porque me faltaban desafíos y la facu no me dejaba ser o expresar mi posición sobre la realidad. Entonces la cátedra encabezada por un profe demasiado parecido en su discurso y su acción y a quien ya lo había conocido por sus obras y libros dijo: “ahora harán grupos de a dos, tomarán un solo edificio de la new town para 30000 habitantes que diseñaron y siéntanse libres para expresarse…”. Pumm me pegó duro. Me costó convencer a un compañero pero (apareció el ratoncito pelado… RP) y le dimos duro hasta convertir una placa de departamentos de 100 metros de largo, 30 metros de alto y 10 de profundidad en lo que hoy se conoce como “sustentable” y en esos años era “solar o bioclimático”. Estaba todo calculado, dimensionado y diseñado hasta los últimos detalles tecnológicos y constructivos. Y pummm, el efecto RP. Y mi vida futura comenzó a desviarse de curso hacia la primera y segunda opción. Tuve que matarme para rendir tres finales en una sola semana para no perder una beca del CONICET, previamente trabaje invitado por el profe en un megaproyecto de investigación financiado por Secretaría de Energía de Nación, mis compañeros de trabajo eran arquitectos, fisicos, ingenieros mecánicos, economistas, sociólogos, un antropólogo y todos sean viejos con doctorado y nosotros pibes cursando el sexto año juntos proponíamos los caminos a seguir para el éxito del proyecto y encima me pagaban. Y bueno me mandaron a un primer posgrado a italia, seguí acumulando posgrados y me convertí en un científico del hábitat del CONICET. Viajé, publiqué, enseñé, se me valoró y ya cerquita de que ANSES me invite a retirarme sonrío por el volantazo que me hizo pegar el ratoncito pelado. En memoria tuya espero que la mayoría de los que enseñaste pudieran haber cumplido todos sus sueños más locos. ¿Y arquitectura…, bueno participé en concursos y gané premios por proyectos pero también por investigación, propuse nuevas técnicas de construcción y la sustentabilidad sigue siento mi rumbo? En tu memoria, gracias ENET Nro 1 Unesco y gracias ratoncito pelado.